Quien se considere un divo
y la octava maravilla
aunque en otro apenas brilla,
de su fugaz luz me privo.
Destello procaz furtivo
que ofrece la lamparilla,
el lustre de su letrilla
de los éxitos esquivo.
¡Y creerse lo mejor
entre tanto cuchicheo
resulta terrible error!
¡Es mejor creerse feo
con un toque de candor
que ser de la fama reo!