Puesto que la realidad no se niega
Y cada quien tiene sus obligaciones
¿qué haría yo mi bien sin tus versos
Que destilan tanto amor y melancolía?
Dime otra vez que me amas sin medida
Que mi cuerpo recorres cada madrugada
Quiero sentir su labios prenderse de los míos
Tu férvido contacto deslizándose en mi cadera
Y al tacto de tus manos desprender su brío
Gozando de la morbidez que aún conservo
Cubrir con mi cabello esa tu almohada
Y que uno a uno los aspires con deleite
Dime otra vez de rima en rima
Cómo en tu mente me has vestido
Para luego comenzar a desnudarme
Que de beso en beso alienado
Te internes zigzagueando entre mis muslos
Hasta apresar tu cabeza entre mis pechos
Sorbiendo de a poco mi cordura
Y ya eufórica trepe por tu espalda
Escalando hacia tu montaña
Estremeciéndome con cada avalancha
Y en el apogeo aureolar su cima
El timbre nítido de tu voz figurada
Me saca del hastío cotidiano
Enciende mi mente y su fantasía alienta
Ya vez mi bien cuánto me cautivas
Esperando llegar tu noche en mi día
Sorber como golosinas esas tus rimas
Y de tanto dejar a un lado los deberes
por permanecer absorta en las letras
ya se me hizo tarde para el trabajo
tendré que ponerme el uniforme arrugado
y en el horno el guiso se ha quemado