Cuando salí de la biblioteca llovía a cántaros.
hace solo una hora, el cielo estaba claro
de un puro color azul zafiro.
No se asomaba ni una sola nube
y yo iba vestida con ropa ligera
calzando unas sandalias.
No estaba preparada para pisar en el barro,
ni que el agua me empapara de esta manera.
Que cosa, tendré que salir con paraguas
y no calzar mis andalias?
Me resbalo en un charco,
a duras penas llego a ponerme de pie
eso es lo que me faltaba
¡que rabia!
Tenía los nervios de punta
las rodillas sangrando
toda yo cubierta de barro,
menuda pinta debía tener.
Estaba frente al lago
mi mirada se posa sobre el agua,
franjas de colores iridiscentes
centellean en la superficie del lago.
Que extraña visión pensé!
de pronto alzo los ojos hacia el cielo
me quedo pasmada, veo,
el más resplandeciente arco iris formando
un círculo completo que penetra el agua.
Bendito sea D-ios
me saltaron las lágrimas
y me puse a reír de alegría.
En el momento más triste
D-ios nos tiende la mano
y nos mira con una sonrisa
radiante, fascinante.
No hay maravilla más grande
que presenciar Tu belleza,
Tu resplandor.
Merche DemBar
2/10/10