Entre estas rosas,
te han tapiado.
A ti, que eras
hermosura, de la cosecha,
espiga triunfadora.
Pero en estos páramos,
que escuchan con los ojos,
te enterraron.
A ti, que fuiste esplendor
en la hierba, música, verdor
en la fronda.
Sordo y ciego, te han dejado,
coleccionando paisajes anodinos,
futuros guturales.
A ti, que eras la rosa
engendrada entre dos muros-.
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