Dulce niña corazón de encanto
que ayer fuese de mi amor la gloria
y hoy renuncia fatal nuestra historia
va se esconde y se envuelve en llanto
Va enunciado su nombre en mi canto
cuál febril llamado a la victoria
mas resulta vana y transitoria
pues de pena le recubre el manto
Pido al cielo inmaculado y santo
tu presencia al menos ilusoria
y mi mente rueda como noria
y se nubla allá de tanto en tanto
A tu puerta me diluyo y planto
anhelando de tu ser la euforia
me reduces, para ti una escoria
¿Cuánto tiempo, me pregunto cuánto?