Caminos. Y la playa se desnuda.
Quieren los ojos abarcar lo vasto.
Entrelazo tus dedos, estás muda,
perpleja bajo el cielo leve y casto.
La paz sobre los nombres, y la duda.
Caminos. Y las suelas que desgasto.
Natural mirador, su paz exuda
lo infinito besando en el abasto.
El lecho. Y borbollón en nuestra piel.
Peñascos se tatúan con su historia.
Tu cabello y las olas en la gloria.
Este placer plasmado con pincel,
espuma del amor, bastión de rocas,
explora la ambrosía de las bocas.