Se fue a recorrer: caminos,
mares, veredas, montañas,
buscando aquella alborada,
que lo cubriera con brillo.
Ese brillo tan genuino
que le iluminara su alma,
porque se vence la nada,
cuando existe el sacrificio.
Y así, dio pasos al frente,
ampliando más su horizonte…
Porque no basta que sueñes,
sin dar pasos, sin acciones.
Y quien triunfa es que se atreve…
¡A vencer muchos dolores!