Nunca me acuerdo de ti,
ni siquiera cuando escucho las canciones de tus mímicas.
Tampoco te recuerdo cuando me encuentro
con tus colores favoritos
ni viendo las rosas del rojo que te encanta.
No te veo ni en el lila, ni en el rosa,
ni en el chocolate blanco como tu piel.
Aunque suene un rhodes
con las notas dulces de tu cabello
o la salsa que le robaste a Cali
nada de eso me hace recordarte.
No te evoco en los atardeceres,
ni en las recetas, ni en las series,
ni en ninguna de las cosas bonitas de la vida.
Yo nunca me acuerdo de ti
porque siempre…
Siempre te estoy pensando.