Un verso de rodillas,
¿es verdadera penitencia?
Un perenne; ¡oh, Señor!
¿Nos hará inmortales?
De arriba, no desafío la sentencia.
Pero un corazón sano, con fe, benevolente.
Sin mentiras, creo que es suficiente.
Procuremos la santidad,
Para que lejos…
De los arrabales del cielo,
No terminar…