Andres Eloy Forero Terrasi

EN 30 AÑOS DE VIDA

    El domingo 9 de abril cumplo 30 años de nacido, desde 1993 estoy interactuando con este mundo, con sus novedades diarias, porqué somos seres en constante degradación y aprendizaje, y para mayor experimentación e integración con la vida en si misma, nací, crecí y sigo viviendo en Venezuela con crisis y todo. 


     Esta experiencia en su mayoría empírica, con más de un año de sesiones terapéuticas, una carrera universitaria, casi una especialidad, 11 años de trabajo en un mismo rubro, son un componente casi exacto para lograr ser el hombre que soy hoy, a días de cumplir 30 años. 


    Me hace darme cuenta sin duda alguna, de que la vida es maravillosa, excepcionalmente maravillosa, que a todos nos pasan cosas increíbles a diario.

 
    El peo está en otra parte, el metro y su realismo mágico que nos comparte por tan solo dos (2) Bolívares hiperinflacionados. Escuchar música, ver a la gente pasar por la calle, imaginar así sea por unos segundos todo el universo que somos todos en nuestra rutina diaria, disfrutar de la anarquía que representa Caracas o cualquier capital de este mundo, pero la constante observación hacia arriba, hacia los lados, de lo que no tenemos, sin mirar a la cara lo que nos pasa a nosotros mismos, no es rentable si no es con el simple propósito de soñar para ejecutarlo.


    La amistad, la familia que uno eligió por decisión propia, que en todo momento la sociedad la infravalora, pero no se puede vivir sin el amor de la verdadera amistad, confiar en alguien es más que un acto de fe, las anécdotas que se generarán, los cuentos convertidos en fabulas, aventuras, y hasta en leyendas. La vida debe vivirse acompañada para ser aún más extraordinaria.


    30 años de constante introspección me han hecho notar por fin, el tipo afortunado que soy, por mi familia que siempre será mi bóveda del fin del mundo, en dónde todo lo que tengo guardado y lo que soy es de ellos y para ello, no concibo mi vida de otra manera. 
    El día que muera quiero que suceda y ya, pido ser cremado y arrojado al Güaire, solo deben recordarme exactamente como fui, caminando por la ciudad con distintos destinos, tomando siempre los mangos que necesite para avanzar hasta el final.

 
    Pero nada, ha de llevar más enseñanza a cuesta y me ha hecho reaccionar más a la vida y a mi espacio circundante, que esto que se denomina en el derecho penal de criminalística “El principio de intercambio”, refiriéndome al haberme topado con distintas mujeres en mis tres décadas de vida, involuntariamente por ese mismo intercambio han de dejarme de las mejores experiencias, de amor, amargura y felicidad que de otra forma jamás ha de haber podido experimentar y sin menoscabo para hacer de mi vida más fructífera y completa. 


    La edad y la experiencia van de la mano, cronológicamente hablando se entrelazan, pero eso no te da el entendimiento para notar que la vida no solo va rápido y sin detenerse si no que también es hermosa, solo me basta una mirada a tus ojos que tal vez se vuelvan fugaces para notar una vez más lo afortunado que soy.