Necesito que me lo recuerdes cada día, que siempre estás aquí, a mi lado y que me abrazas.
Necesito sentir el aire fresco por las mañanas y ver abrir las flores empañadas de tu gracia.
Necesito oler tu perfume santo en las rosas delicadas y recordar aquellos días en que supe que me amabas.
Recuérdame Jesús que tu sangre derramada sigue viva y que aún clama, que las injusticias de esta vida jamás serán justificadas.
Recuérdame Jesús como en esa cruz malvada, todas mis faltas y pecados los clavaste y que he sido perdonada.
Recuérdame Jesús que mi deuda fue pagada y que ahora ya soy libre y puedo vivir en esperanza.