Corren las almas sombrías
por hermosos despertares
se tiñen de inequidades
perturbando las alegrías.
Callan la bulla y algarabía
se sonroja la impunidad
de la multitud la levedad;
murmuran los ríos de asombro
se esçonden en los escombros
oscuros de silencios banales;
cómo tempanos fríos e indolentes,
inmutados otean resignados
a los que sufren despojados
en el mar de la riqueza abundante
sin poderlo alcanzar se debaten
en las penurias del alma expectante.