sumergido en las profundidades
me encuentro y soy huésped
en el calabozo de tu indiferencia
aquí la humedad entre los muros
es insoportable como la humedad
que se desliza en mis mejillas
en este rincón no hay nada
-mis manos alusinan tu figura-
y mi alma grita tu nombre
ahora que mis labios están inmóviles
un océano de lamentos
me circunda hasta la garganta
y me ahoga
-el dolor en mis pulmones es incontenible-
bien sé que ya morí aunque aún respiro
-mas no sé si tú aún vives-
tu silencio es de los muertos
-murió la esperanza de tu retorno-
te buscaré más allá
del espacio y del tiempo
-más allá de todo y de todos-
para reencontrarme con la dicha
de completarme en tu misterio