Sin resolver el cuerpo en su alcoba
estrecha
los buitres exigen trueque
carne viva
11 años comiéndose el vientre de terciopelo
de la perra maldita
que se disecó en cada crepúsculo
hablándoles
lenguas moribundas
dioses depresivos
de recaer en el secreto
de ojos conformes
de ver el muro
de sus lamentos
el muro de ser
no basta la noche de los edificios atropellados
sus entrañas vomitadas hacia el tajo del mundo
que no cierra las piernas
no basta la madrugada
hecha noche por los buitres
se llena de nervios
la habitación santo sepulcro de sus picos
son faros caídos en la caminata
sucumbir morder la misma manzana
podrida
la voz sucia
oxidada protesta
de 14 lenguas y 2000 años
¡Ay! si Cristo estuviera vivo
llevase la boina del Ché
las manos de Allende
las intenciones de tantas olas rotas
en la orilla del continente
¡de otra cosa estaríamos hablando!
Pero en estas noches nada finitas
él tiene a la Perra callada
escena fuera de tiempo presente
engendra satisfacción
erosión de corazón apasionado
se desgasta no en la mujer
sino en la perra que violó en el claustro
de la mente añeja del deseo
de sus puntos suspensivos
qué espera el cataclismo
para liberar a una golondrina
que nunca jamás volara.
y lo sé yo
que fui su Dios y también su perra.