La vida siempre,
le gana a la muerte.
Del árbol caído,
vemos como trémulos,
empiezan a aparecer
los brotes ,
en su tronco,
tiempo después.
Sobre el bosque
quemado,
un tenue terciopelo
verde,
trata de cubrirlo.
Del amigo,
que no está,
un día
recordamos sus palabras
y su filosofía,
y la incorporamos
a nuestro obrar.
Todo resurge,
nos demos
o no nos demos
cuenta.
Somos nosotros
y los otros,
y formamos
un todo.
Y así
seguiremos.