Leoness

Y me miran, sus bellos ojos

Y me miran, sus bellos ojos,

al fondo, la luz se atenúa entre

los pálidos ocres que dicen añorar,

aquellas tardes doradas; bellos

secretos de cómplices afectos

se reflejan en sus pupilas.

 

Horizontes de violetas rotos,

cuan susurros de amor entre

caricias y roces, entre divinas

palabras de hormonados sentidos,

de exitocina llenos, florecientes

 

Oscilan los cuerpos mecidos

sobre la tierna hierba, húmeda,

fresca y suave, tersa y frágil,

marchita y dúctil; torpe la piedra

desvanece el estrés, calma.

 

Se tornan los ojos, cierran los labios,

la apasionada dopamina, fluye

 

¡Desemboca, en concupiscencia voluptuosa!