Este amor, me abruma, me sorprende.
Mariposas descalzas danzan alborotadas,
sobre las ulceradas paredes del estómago,
y el cuerpo se agita, se estremece.
¿Y el corazón? De bombear sangre está cansado,
resuena y se sacude con violencia.
Pichón que volar quiere de su nido,
y se precipita hacia el vacío,
y vuela al horizonte sin mirar al suelo.
Vuelo vertiginoso y violento,
que claudica postrado en tu puerta esperando
¿Y qué espera?
Perderse en la luz de tu mirada,
resguardarse en el amparo de tu sonrisa,
regocijarse en tu regazo,
embriagarse con el elixir de un ósculo tímido
y terminar en la más dulce rendición.