¿Cómo afirmar un sí a una pregunta eterna,
a la que en el silencio a su pesar se aferra ?
¿Cómo decir que no, a una pregunta eterna
que en súplicas ilusas quebranta sus fronteras?
Esa pregunta flota etérea entre ideales,
de sueños placenteros y amorfas realidades.
Esa respuesta inerte de yermas soledades
utópica refleja, quimeras y saudades.
El fárrago desorden responde confundido,
a la pregunta eterna de amarte sin sentido.
Anarquía traviesa de enojos y caprichos,
que busca la respuesta del sórdido acertijo.
Censuras mi respuesta, con tórrido anatema,
sofismas que respalden dilectos sus esquemas,
de dogmas rebuscados y túrbidas sentencias,
de anárquicas disculpas a tu pregunta eterna.
Prefiero reservar mis ansias de respuestas,
a esa pregunta eterna que en el silencio vuela.
Gaviotas de las dudas y golondrinas yertas,
que surcan los caminos quebrando sus fronteras.
Tú lanzas la pregunta:
¡Yo verso mi respuesta !
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul