Coronaste a mi huerta
de blancas azucenas y de rosas,
aromaste a mi puerta
con flores candorosas,
brillantes, perfumadas, luminosas.
Cercada mi ventana
de laurel, de jazmines y gladiolas,
la corona bahiana
se junta con las olas
la espuma de la mar con amapolas.
Orgullosa me tienes
de ser mi jardinera, hija querida.
La flor está en tus genes,
herencias de la vida,
gitana has sido siempre, empedernida.
Creciste entre montañas
bañada por las aguas de los ríos
cercada por cabañas.
superaste los fríos.
Cercana te requiero entre los míos.
Lejana yo te siento
con esperanzas de volver a verte,
sin duda te presiento
con ansias de tenerte,
fundida en un abrazo y contenerte.