Son tus besos tan ardientes
y a la vez tan celestiales,
simples, puros, virginales,
llamaradas inconscientes
que se quedan presentes,
océano de cristales,
libres de todos los males
son notas omnipotentes;
son las puertas del deseo,
de un infinito poder
que día a día yo anhelo;
dulces fuentes de placer,
esperanza en que aún creo,
mi más amoroso Edén...