Es triste llegar a viejo
sin riqueza y sin amor,
pues produce sinsabor
¡Hasta mirar un espejo!
En el paisaje bermejo,
de mi bucólico río,
declaro ayuno de brío:
Es triste llegar a viejo.
En la vejez el alcor
se torna ya inalcanzable,
en un sueño irrealizable,
sin riqueza y sin amor.
Próximo el último albor
de una vida avejentada
que no puede gustar nada
pues produce sinsabor.
Es la vejez cual antruejo
de la juventud perdida.
Todo le produce herida,
¡Hasta mirar un espejo!