Las preciosas mujeres que me amaron
yo las llevo por siempre en mi memoria;
porque fueron de amor hermosa historia
y mi vida de rosas la llenaron.
En mi lecho febriles palpitaron
encendiendo la chispa de la euforia;
y ofreciendo en sus besos grande gloria
nuestras almas amantes comulgaron.
Dibujaron mis manos su silueta,
y arrullaron mis versos sus anhelos;
y entre nubes, mis sueños de poeta
encontraron la luz de lindos cielos;
donde pude vivir pasión completa
al compás de celestes violoncelos.
Autor: Aníbal Rodríguez.