Anne Black

El tachito de mi basura


A veces uno no necesita escribir, sino mas bien leer su propios relatos y eso es justamente lo que me pasa a mi. Con el amanecer, la melodía, solitariamente frente a mi computador, disfrutando el placer de las letras mías y ajenas. Pensando en qué cambiaría para mejorar cada relato; algunas veces me gustan mucho así cómo están, otras no tanto. 

 

Los escritos ajenos me dan envidia, ¿sabes? Leer tanto profesionalismo, tantos poemas hermosos... quiero mejorar. Que el lector disfrute con lo que se encuentra mientras que yo hago catarsis y consigo aliviar mi mente. Pero por ahora el lector soy yo y esta bien a aprender nuevas técnicas, aunque reconozco que en ese sentido soy muy egoísta. 


 
A veces no sale nada y no se justifica forzar lo que no quiere salir. A veces es mejor tomar un descanso, aclarar ideas, tomar otros rumbos, recolectar información nueva... ¿entiendes? No lo se, pero a mi me gusta la naturaleza y todo lo relacionado con ella. Si me preguntaran a dónde pararía, pues, no hay duda de que partiría al campo o buscaría aquel lugar maravilloso abundante de árboles formando un bosque, como en las películas. Sería perfecto, y pensándolo bien, no estoy seguro de si volvería a la ciudad. 

 

Hay instancias que paso todo el día encerrado, desechando papeles hechos un bollo, justo en un tachito que considero - ¡ el tacho de mi basura -. Es que aunque diga que es mejor no forzar la imaginación, me suele ocurrir que siento deseos de trabajar en algo nuevo, sin embargo mi mente está bloqueada. El equilibrio de mis emociones se desbandan y me atacan los nervios, me enojo mucho. 

 

En otras ocasiones no puedo dejar de escribir, termino y empiezo nuevos relatos, cuentos cortos, poesía y hasta trabajo en una novela; todo junto. Sí, confieso que no siempre tengo éxito con nada de eso, pero así como dije; ¡no siempre! También a florecido y he conseguido colocarme en un lugar reconfortante.  

 

¿Entiendes por qué digo, que es mejor no forzar la situación? La presión no sirve, debe brotar solo y a su vez generarte placer, perderte el conocimiento 《aunque estés consciente》 de todo a tu alrededor. Que ese sea el momento tuyo para rejuvenecer entre líneas realmente sentidas, colapsadas de verdades, tristeza, amor, dolor, inverosímiles. Hasta palabras huecas que sabes que el destino será el tacho de basura.

 

Sabes dónde me imagino que estoy mientras escribo esto. Es irónico lo que diré, pero no me veo en el bosque, ni en el campo, ni entre el silencio y soledad. No, realmente me veo en plena ciudad, atrapado en el amontonamiento de gente, el ruido de los rodados, las bocinitas de las bicicletas... ¿son bocinas? Cómo sea, no quiero desviarme de lo que te digo. No entiendo por qué, pero la primera imagen que se me viene a la cabeza es la calle \"Rojas\" al \"34\" o \"134\", no recuerdo bien. Pero es justo dónde esta la estación de Caballito. \"Rojas\" entre \"Lavalle\" y \"la estación\" y ahora hasta dudo de que realmente sea \"Lavalle\". No obstante me pasa bastante recurrente esto que te digo, como si vivir allá me haya marcado de alguna manera y hoy, estando tan lejos se convirtió  en nostalgia. 

 

Soy de las personas que cree que uno nunca olvida y de alguna manera también, regresa al lugar dónde fue feliz. Y aunque aún no regreso, espero alguna vez hacerlo. 

 

Bueno, aquí termina mi relato, es hora de transformarlo en un bollito y arrojarlo al tacho de mi basura e ir a tomar el té, con mi esposa e hija.  
¡Qué misterio! ¿Verdad? Te digo que lo haré un bollo mientras lo conservo en el cajón. Y tiene una explicación que para nosotros los escritores puede ser razonable, o no... tal vez sea parte de mi propia locura, y yo aquí, queriendo buscar cómplices. Pero bueno, lo cierto es que cuando digo; - el tachito de mi basura -. El tachito aparece en mi corazón.