Quién dos alas no quisiera
para volar y volar
por el cielo y ancho mar
y sobre una cordillera.
Y si dos alas tuviera
volaría hasta mirar
tus ojitos como el mar
que me dan la vida entera.
Si volar es mi delirio
y tenerte mi deseo
no me causes ya martirio
ni me cortes tú las alas
porque sabes bien qué creo…
¡Qué mi pecho lo apuñalas!