racsonando

LA CARTA DISLOCADA

DISLOCADA

 

Amarte                             si                                  me lees

 Viento del amanecer

          Tú                        y                           yo

         ¡Anchatam kuyayki!

        Tiene

                Formas    y     plumas          

         Encantadas 

      Ladroncillo en el tejado

    Simpleza

   El camina                         ligerezas

   Tristes   soñadas.

                      

Sueños carmesí

 El escarlata   Hanaq pachay

 Árbol y arrullos

                      De sueños                      

Travesuras de   un barco

  De   hojas  y    frutos

     Y pájaros      y      gatos       enmohecidos

         De            fantasías

Pintemos arcoíris    ringtone

Golondrinas de recuerdos

Maletincillo y oquedades

Burbujeante,

Acuarelas viajeras

 Pinceladas de amor

        Un   Munakusqay, faltayki,  

 Te   

Quiero                 trasatlántico

 

 

La carta dislocada.

 

Querida y recordada ligereza de sueños.

Vaya mi saludo de bosque encantado y ese abrazo de travesuras,

con un arco iris de golondrinas dormidas. Muy seguro que el mar burbujeante de sabores melancólicos está por tocar a tu puerta, sabré decirte que el lienzo de mi amor viajará por tu alma en forma de plumas encantadas.

Soy para ti un remitente de pájaros y pinceladas de amor, que, pensando en los arrullos veraniegos, va bordando un ladroncillo de sueños multicolores. Te cuento que las simples cosas que se pintan de rugoso escarlata motivan mis idílicos huertos de amor; el árbol, el árbol grande de la loma, el de tantas ventanas y hormigas locas tiene frutos de alucinación, una colonia de elefantes que tamborilean sus frutos secos y esculpen diademas multicolores para los viajeros despintados. No sabía si decirte esto o tirarlo en el cesto de las adormideras y dejar que su almanaque alambique sueños de mariposas trasatlánticas.

Tengo para ti un maletincillo con oquedades púrpura que te aguarda bullicioso en el último piso de las mocedades; las ligerezas de una famélica familia delineadas con partituras y notas sagradas, y por supuesto, el aquelarre de los gatos mojados con soles interestelares. ¿Tal quisiera yo que vinieras a verlos?

Tal vez te interese saber que sigue intacto mi amor por ti, que mi saltimbanqui despertador (al que casi le trastocas el pescuezo cierta vez), está celebrando sus conciertos a los noctámbulos de callejuelas imperiales, que su vestuario y plumaje encapotado proyecta sombras de dactilografía fresca; mejor dicho, ya no canta y menos anuncia las horas ermitañas, el pobre, está más pobre que el BMI y anda bebiendo hostias con bromuro de calcio.

No sé si esto te reconforte, pero desde tu partida, mis pálpitos son musas desperdigadas en busca de amores furtivos, son igualmente, un cataplasma de aluviones volcánicos que desperezan mañanas, sí… mañanas con preñeces de desaliño.

Munakusqay, faltayki, estas dislocadas juntapalabras deberán asirse en las velas rotas de un cósmico naufragio. Lloraré perlas vituperadas, ¿tú lo harás por mí? Sea o no sea, me consolaré como el argonauta de pieles desharrapadas que vende claveles dantescos en los pórticos eclesiásticos.

Hanaq pachay, desde donde columbran parvada de bulliciosos trinos, el ringtone de mi tornasolado pecho gorjea ¡Anchatam kuyayki!

 PD. Muy seguro del cachiltraje de mis horadados sueños, espero se despunten los tuyos con la carmesí de tus despeñadas y enmohecidas letras.

 

                                 ¡TUYO POR SIEMPRE!

 

                                            Racsonando ando.