Gabo dejado

Luna hostil

Las paredes se consumen por la luz y la sonoridad de los pajaros,

la ciudad y sus calles se encuentran embriagadas en amargura.

Parpados que no culminan en encontrarse,

ojos que optan por seguir viendo tu luz

 

La mente se acerca cada vez más a su idiotez

y la inspiración da un recorrido, si le apetece, por esas calles de timidez.

La habitación expulsa a la luz e invita a la maldecida oscuridad a arroparla,

La luz ni tan cálida ni tan fría se cuela por aberturas y quema la piel con su compasión,

el ciclo se tuerce y el cielo florece.

 

La luna hostil vuelve a lo suyo y te ilumina con fragancias del pasado,

experta en derramar penas no olvidadas sobre tus defectos,

Voraz y capaz de hacerte redimirte de mirarla.

 

Retuerce tus pensares y los mezcla sin congruencia.

Te obliga a ver la misma claridad otra vez que entra por tu carne de aquel  ayer.

Y la sangre se esparce por el piso como agua que corre por el rio.

 

Luna hostil, expulsador de bálsamos sublimes, 

creador y personificador de algún terror olvidado banalmente

perfeccionista en relatarte sus maravillosos cuentos.

Director del alma, fundador del cielo.