APATÍA
Hombre atorrante, caminando entre espinas,
no disimula descontento, ni causa aparente,
solo va por ahí, con secuelas en la mente,
sepultando el amor, y su alma hecha ruinas.
Estímulos sensoriales no quisiera percibir,
divaga en la pena, sintiendo aquel vahído,
a brazos abiertos, el dolor tendrá que recibir,
la mujer de sus sueños, ahora se ha ido.
Sus anhelos y alegrías yacen en el abismo,
donde la luz es utopía, y el amor fantasía,
volvió a su realidad, se acabó el espejismo,
la vida misma lo derrumba con alevosía.
Seguirán pasando meses, años y lustros,
nada cambiará en el vacío de su flaqueza,
Porque ni el sol, las estrellas o los astros,
son tan grandes como su profunda tristeza.
\"Y si, ese hombre apático, soy YO\".
DFV
\"Arquitecto en la realidad, poeta en la clandestinidad\"
Derechos Reservados.
Bogotá (Colombia)