Hay vacíos inmensos…interminables…
disfrazados de soledad…
teñidos de oscuridad…
asilados en un silencio total…como de muerte.
Hay vacíos donde nada existe,
donde todo sabe a tristeza,
donde no cabe la ilusión…
ni los latidos del corazón se manifiestan.
Hay espacios así …llenos de nostalgia,
donde la desesperanza se expresa…
con un grito desgarrador de impotencia.
Nadie muestra su debilidad,
pocos exponen su pena,
a ninguno se le nota el dolor que oculta,
todos intentan disimular la desazón que llevan dentro.
Parece un día normal…
se ve todo igual,
la gente viene y va,
amanece y anochece como de costumbre,
nada raro se nota…
no hay nada diferente,
pero la brisa sopla algo extraño en el ambiente,
un escalofrió indefinible…envuelve su cuerpo.
Se siente un nerviosismo inexplicable,
se respira un misterio desconcertante…
como si hubiese llegado la hora,
como si hoy fuese impostergable el momento.
Calla su tormento,
esconde en el coraje su miedo,
y a pesar del temor que encubre…
se hace parecer valiente,
y sale a darle la cara a la desdicha.
El reloj cada vez recorre más lento,
a lo mejor así estaba marcado,
tal vez el futuro lo tenía preparado,
la hora…el lugar…y las circunstancias.
Nadie escapa a su destino,
cada quien elige su camino,
y cuando llega…sin poder evitarlo…
solo toca aceptarlo.