Ayer cometí un descuido
pues olvidé compartir
ese constante sentir
que le arrebato a Cupido;
caminé, casi perdido,
en el diario convivir,
cuando recordé escribir
casi ya estaba dormido;
pero una pausa no es mala
si estamos con la familia
desde las horas tempranas;
en el comedor, la sala,
do todo se reconcilia
son las mejores mañanas...