Es un lago profundo, tu mirada,
misteriosa y sensual,
que esclaviza mi fuerza
como flecha de amor, que acierta,
a un corazón que por tu amor, desmaya.
Mirada insinuante, como una gema,
engarzada, en una concha de oro,
en plena roca de mar,
que impacta
y doma hasta el alma.
Tu mirada imponente,
sutilmente perversa,
con destellos de seducción,
helada como un témpano,
astuta como el invite
de una propuesta indecente
en medio de la nada.
Tu mirada acerada,
como la daga,
en el calor de la fragua,
no duerme ni sueña,
es montaña de claustro,
de un ocaso blanco,
de un verbo sin canto,
Tu mirada
que busca en mi llanto?
…acaso refugio?
para tu amor desdichado,
que yace abandonado,
devorado de celos,
lo sé.
Tu mirada
tiene sólo una virtud
que me anima,
No miente.