A los niños hay que amar,
ese es el verbo, para ellos.
Desde los pies al cabello,
sus almas hay que cuidar.
A quien ose tocar un niño,
con sevicia y con maldad,
no dar besos ni dar guiños.
Esos van con dual crueldad:
!Dejan herida imborrables,
son viles y despreciables!