Basculadamente
ausente
sempiternamente
presente
Al flagelar las orquídeas
de doña Peta
la marejada se entibió
en astros azules
Condiscipulamente
estaban
recriminando al ladrón
de corazones
Desperté de mil sueños
y bostecé
gracias Jesús dije
por no degollarme tan temprano