Latiente ruido que se esparce en las horas, infinito hasta que algún dictador en lo alto decida iluminar lo tangible.
En bajas horas del movimiento,
donde la incertidumbre se encuentra con alguna mente poco certera
¿Acaso no todas las mentes son poco certeras?
¿Te esperará algún sueño cuando cierres los parpados?
¿Qué secretos mezquina el dulce torrente que disparan tus ojos?
Late el ruido como corazón sensible,
algún grito de algún artefacto se puede tratar.
La incertidumbre golpea en alguna mente poco notable,
existen cosas que se desplazan fuera de lo palpable,
en cinco sentidos o en ninguno.
Latente frio acompaña al ruido en su estadía por esta luna, quizá por mas, quizá hasta el triste infinito.
El sueño se extiende lejos de lo visible otra vez.
El día se forja fugazmente.
Sonoridad de incalmos seres que invaden la paz de la existencia
o la guerra de la decadencia.
Voces remotas se forjan junto al día,
pero alejado de lo precoz se define lo que late.
¿Cuántos corazones laten al mismo tiempo?
Pero, ¿Cuántos en la misma sinfonía?
¿Cuántos ojos miran?
Pero, ¿Cuántos ojos ven?
¿Cuántas pieles se tocan?
Pero, ¿Cuántas pieles se funden?
El día ya se permite ser en otro lugar de este existir.
La noche ya es para otro corazón que late (discrepadamente del mío).
Pero mientras el día sea en otro latir y permanezca latente a mis ojos
Cuestionaré:
¿Cuántas palabras juegan entre sí?
¿Cuántas logran influir?
Cuestionaré porque el día no es, y la oscuridad solo es.
Preguntaré a quien me escuche lo suficiente
y responderé a quien el alma logre concluir.
El abismo late
y el alba se forja para luego regalarse en otro mar o en otro cielo,
estas frases laten porque viven y son.
Mi vida late.
La inspiración late,
el ruido late y
la quietud también.