De esas formas que uno no entiende o no quiere revelar,
te quiero cuando veo al sol nacer,
cuando la luna está en su cenit,
y su brillo ilumina un rinconcito de mi corazón.
Te extraño y no sé las razones,
mi mirada te busca entre las hojas
de los árboles que descansan en pie,
mis sentidos piden escuchar tu risa, tu voz cantarina.
¿Qué puedo hacer si debo esperar antes de verte?
Pero la espera hace más dulce el encuentro.
Hace que mi cariño sea anhelante
como un ave que espera ansiosa el inicio de la primavera.
Te quiero en la calma de una noche estrellada,
en la brisa suave que acaricia mi mejilla,
en el aroma de panecillos recién hechos,
y en el silencio que me hace pensar en ti.
Te quiero con la ternura de una flor que se abre al alba,
y mi corazón da saltitos al oír tu nombre,
anhelando el momento en que podamos volver a vernos,
y apreciar el brillo en tu mirada.
Te quiero aun con estas palabras mudas,
porque sé que no llegarán a ti.