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**~Novela Corta - La Recompensa - Parte III Final~**

Inés del Pozo perdida y a la deriva va en ese bosque casi de fantasía, porque en realidad el bosque es tan hermoso como peligroso. Cuando en el embate de dar con Inés del Pozo, la policía tiene a su gente buscando a ésa mujer prófuga de la justicia. Y en ese ademán y tan frío y soberbio y tan cínica, como a ella no se le caracterizó nunca, se vio intransigente, pero, caprichosamente sin deleite alguno. Y es Inés del Pozo, la que con estocada en mano y con la herradura de un caballo y entre las caballerizas de aquel establo es que perpetró todo mal suceso, desde que su vida cambió para mal y para combatir en espera en ser una prófuga más del barrio o de la comarca o del sector donde Inés del Pozo tiene su hacienda. Inés del Pozo, sólo calmó desesperadamente a su mente y a su imaginación con la aventura de creer de que saldrá con vida y más con libertad de ese fantasioso bosque. Inés del Pozo, persigue insistentemente un rumbo o una dirección fija en ese bosque, y yá perdida, malherida, abatida, casi inconsciente, y como un mojigato exasperado en poder creer en el fatal desenlace ocurrido se hiere a cruz y a espada, la comitiva razón, de creer que en el pasaje se siente caprichosamente desesperada. Cuando Inés del Pozo se enfrentó de cara al sol sucumbiendo en un solo percance en un delirio delirante y en un desastre de los que hay que pensar, pero, Inés del Pozo, sólo quiere salir en libertad de ese bosque y escuchó el altoparlante ¨̈Se busca a Inés del Pozo, Prófuga Peligrosa, hay Recompensa ̈, y se siente como una presa sin poder salir del bosque donde se siente apresada.  Inés del Pozo, se dedicó a ser la mujer más fuerte y más indeleble, creyendo que el destino es frío como la sangre fría que había cometido en ser como la más funesta traición hacia Inés del Pozo. Cuando en el altercado frío se siente como se percibe el desenlace fatal de haber matado a su hombre, el cual, era como rey del universo y del firmamento. Cuando en el alma y más en el ocaso se aferró el desastre de ver al cielo lleno de sangre y por haberse teñido de color escarlata por la sangre de su hombre. Si Inés del Pozo, entristeció por tanto y por todo, que se deleitó tanto por haber socavado en un trance perfecto de un dime y direte y creyendo en la fantasía de un acometido por haber caído en bruces caídas. Cuando en el lamento de su propia vida y de su propia existencia se aterró al desconcierto frío y de una manera vil y tan inconsciente de creer en el alma una sorpresa de esas por caer en el artefacto de su propio corazón latir con demasiadas fuerzas. Cuando en su alma quedó herida, y con un mal inconsciente delirio delirante de creer en el tormento que se avecina caer desde el cielo. Inés del Pozo, se vio intransigente, incolora y con un mal semblante por caer desde lo más alto de un cerro, como un pozo caer desde abajo en busca de agua en una vasija. Cuando el alma de Inés del Pozo socavó muy dentro desde que la policía está en busca urgentemente de Inés del Pozo en el bosque más tupido y fantasioso del sector o del barrio donde se halla las caballerizas del establo de caballos que siendo dueña Inés del Pozo, quedó en total abandono. Cuando Inés del Pozo quedó fugitiva y prófuga, herida e insípida, porque realmente se fue de la vida y del amor fiel que le tenía a ése hombre que Inés del Pozo, que mató con una herradura de caballo en su costado. El hombre tirado en el suelo, quedó haciendo el amor con su mejor amiga, y con su miembro aún erecto por la fugaz escena comprometida entre Inés del Pozo y su hombre con ésa  mujer en el suelo de las caballerizas del establo de caballos haciendo del amor una pasión, una vehemencia y una exacta virtud, con caricias en subrepticios dolores naufragando en el tiempo y más en el mismo cielo. Cuando en el aire sosegado e impetuoso se deleitó la misma vida y la misma tristeza por haber herido pulso a pulso, como con una estocada frente a su mejor amiga a su hombre, el que Inés del Pozo, amaba con todo su corazón. Inés del Pozo, sólo le advierte al corazón y al deseo amar a su hombre, el que con ímpetu le entregó razón y valentía, amor en cuerpo y alma, vida y corazón. Y ahora es prófuga y fugitiva de una justicia que quiere justicia. Cuando Inés del Pozo, se deliberó y naufragó en el tiempo y más que eso en el ocaso de un sólo desastre automatizando la espera inesperada de que Inés del Pozo sea entregada en recompensa por un habitante del sector o del barrio o del bosque donde se halla las caballerizas de establo de caballos donde perpetró el más vil de los asesinatos el de su esposo cuando con su ojo biónico lo ve amándose bajo el calor y la pasión en el suelo de las caballerizas de establo del caballo de paso fino, la cual, era dueña Inés del Pozo. Cuando en el altercado frío y desolado, se vio Inés del Pozo creyendo en el desafío de quedar bajo las sombras perdidas de ese bosque tupido. Y la policía buscando pistas y evidencias que incriminan a Inés del Pozo, cuando la mujer con que estaba haciendo el amor, o sea, su mejor amiga la delató. Cuando con un altoparlante se dice que… ̈̈Se busca a Inés del Pozo, Prófuga Peligrosa, hay Recompensa ̈, cuando en el tiempo y más en el ocaso de ese segundo día, en que Inés del Pozo, se vio atormentada, nerviosa por el siniestro desenlace fatal de haber herido, asesinado, pulso a pulso, gota a gota llenando sus manos de sangre inocente. Inés del Pozo en el bosque fantasioso presiente un fantasmagórico espectáculo de su propia imaginación, alucinación y, demencia como una vesania innata, conmísera mala situación cuando Inés del Pozo se entristece de un espanto casi intransigente y muerta de espanto se halla en medio del bosque esperando por una salida que, realmente, no encuentra. Inés del Pozo se siente pesarosa, con dolor y, con una imaginación alucinadora esperando a que el tiempo sobrepase y obtenga su libertad. Una libertad que será sentenciada, culpada, por ser una fugitiva y una prófuga de la justicia. Inés del Pozo quiso ser como la tempestad que se avecina en el bosque, pues, su ímpetu amerita sobrevivir en ese bosque fantasioso y peligroso bosque. Si Inés del Pozo quiso por su parte triunfar en salir con libertad de ese bosque, pero, vuelve y escucha al hombre con altoparlante a decir, ¨̈Se busca a Inés del Pozo, Prófuga Peligrosa, hay Recompensa ̈, y su mente regresa al ayer sucumbiendo en un delirio tan delirante de creer en el cometido de sus manos por tomar la herradura del caballo de las caballerizas del establo de paso fino y hacer una incisión oblicua en el costado del hombre que ella amó a razón de su propio corazón. La vida de Inés del Pozo se vio intransigente, indebida, incorrecta sin sosegar a sus nervios en el bosque perdida por hallar una salida hacia la libertad. Inés del Pozo se vio dolorosa, inestable, con una sensación de tristeza y de dolor cuando en su afán en querer ver el cielo de rica libertad, pero, el trance perfecto quedó a la deriva soltando las manos y evidenciando sangre, sangre de color escarlata y del carmín impetuoso en el propio cielo donde Inés del Pozo quiso buscar libertad. Una libertad imaginativa, alucinada y, como un espectro en teofanía, inventando cómo llegar a la salida del bosque con seguir huyendo y escapando de la justicia. Inés del Pozo sólo es una fugitiva y como todo el mundo dice que es muy peligrosa. Si Inés del Pozo se aferró a la idea de entrever la razón inestable en su propia cabeza pensando en la recompensa que tiene su vida. Inés del Pozo vuelve a escuchar al hombre con altoparlante y, dice que… ̈̈Se busca a Inés del Pozo, Prófuga Peligrosa, hay Recompensa ̈, y ella se asombra que su vida tenga recompensa. El sector o el barrio donde pernocta en el bosque Inés del Pozo sucumbe en un delirio extenuante, exasperante e inestable cuando su vida es insípida, impasible e intolerante sin soportar el trance o el trayecto de pernoctar en ese bosque fantasioso y peligroso. La vida de Inés del Pozo cayó pozo abajo dejando inerte, tranquila, sosegada, templada el agua en la vasija por donde ella Inés del Pozo suele pasar. La vida de Inés del Pozo se vio intolerable, cínica, atrevida y con un dolor sin apaciguar en el alma cuando logró como una estocada penetrar al fondo del costado con la herradura del caballo de las caballerizas del establo de caballos de paso fino siendo la dueña Inés del Pozo. Si en ese segundo ocaso se tornó indeleble, imborrable, sin poder ser cierto su cometido de que ella se halla en medio del bosque. La vida de Inés del Pozo se vio incolora, inestable, cuando cegó su vida cuando por irrumpir, hiriendo letal y punzante muerte la vida de su esposo. El hombre de espaldas no pudo resolver la situación cuando Inés del Pozo infringe en acometer el asesinato en su propio costado con la herradura de un caballo. Inés del Pozo quiso entregar el cuerpo y el alma como el día en que amó a su hombre en el día de ayer por la mañana. Inés del Pozo pernoctó muy dentro del bosque buscando a la salida, pero, realmente se pierde más de lo que se encuentra perdida. Cuando Inés del Pozo fragua un invento para poder salir del bosque sin ser capturada por la policía y siendo más prófuga que antes. Inés del Pozo, fue como el pozo abajo, creyendo en el afán de dar una verdad de que se halla en soledad, pero, en medio del bosque. Si Inés del Pozo, sólo se siente como un ave poder volar lejos, como una sirena en medio del mar, o como una ninfa en medio del bosque. Inés del Pozo perdida como un transeúnte pernoctando y viajando de un lado a otro se fue en el tren vacío de la vida y fue pernoctar en ese bosque perdido. Y cegó la visión cuando en aquel ocaso se vio mortífera de un espanto cuando quiso ser la asesina más perfecta dando estocada en el costado con la herradura del caballo hacia el triunfo en ser una asesina. Y el hombre con el altoparlante dice en el barrio o en el sector que… ̈̈Se busca a Inés del Pozo, Prófuga Peligrosa, hay Recompensa ̈. Y la recompensa piensa Inés del Pozo, en tomar como prestado un dinero para solventar sus penurias, pero, ¿cómo lograr la recompensa si era ella Inés del Pozo? Inés del Pozo, se argumenta tanto, y se pregunta e indaga de cuánto será la recompensa. Si la recompensa aumenta es que es más importante que antes. Y el hombre, otra vez, con el anuncio de que… ̈̈Se busca a Inés del Pozo, Prófuga Peligrosa, hay Recompensa ̈. Y ya Inés del Pozo, con tendencia a saber de la recompensa que piden por ella, se enfrasca en la idea para poder salir de allí, con libertad y más con dinero en mano, en esas mismas manos llenas de sangre y sin ser capturada por la justicia. Inés del Pozo en medio del bosque continúa escuchando el hombre con el altoparlante y que dice que… ̈̈Se busca a Inés del Pozo, Prófuga Peligrosa, hay Recompensa ̈. Inés del Pozo se enfrasca a la idea en querer saber de la recompensa que dan por la vida de Inés del Pozo. Inés del Pozo ve y nota algo raro que la persigue en un bosque fantasioso y tan peligroso. No es un hombre ni el hombre del altoparlante, que dice que… ̈̈Se busca a Inés del Pozo, Prófuga Peligrosa, hay Recompensa ̈,  es algo más que la policía, la sigue y la persigue a pie y a sombra. Inés del Pozo en ese tercer ocaso, y en ese tercer día, se edificó su forma de actuar ante el pecado y la traición, el asesinato y, la tentación escondiendo a su cuerpo bajo el dominio de un bosque, el cual, la posee entera. Las manos de Inés del Pozo con sangre, aún, de ése hombre se dedicó en escapar y en huir lejos de ese frío acometido. Inés del Pozo, aún, sin saber ni sospechar, cuál es, la recompensa por su paradero, se ve sin haber cometido el mal suceso. Cuando, de repente, Inés del Pozo camina cerro abajo como caer al pozo se vio indeleble, imborrable, su pensamiento de hace tres días del vil y sangriento suceso. Inés del pozo nota que hay una presencia que la persigue a pie y a sombra en el bosque fantasioso y peligroso. Inés del Pozo cree en poder sobrevivir en ese bosque para hallar la salida hacia la libertad. Inés del Pozo vio acercarse a ella un inmenso y gran depredador cuando la ataca ferozmente. Inés del Pozo muere en el acto. El depredador que la atacó fue una persona que realmente quiere la recompensa por Inés del Pozo. La policía recibe confidencias que Inés del Pozo murió en el acto al querer ser capturada. Cuando éste depredador va en busca de la recompensa por entregar el cuerpo de Inés del Pozo. Ése hombre creyó que es una gran recompensa por entregar a Inés del Pozo a las autoridades por el asesinato de su esposo con la herradura de caballo en las caballerizas del establo de caballo de paso fino en el costado en ése hombre y lo que recibió fue un vale por mil cajas de huevos. 



FIN