Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
Gabriela Mistral
Otra vez voló ese beso puro
a encontrarse con mi cara
y con su barba.
Ya casi mujercita, cuatro años han pasado,
sigues siendo sol y luna,
sigues siendo dulces chispos,
sigues siendo, Felicitas, el encanto
allí en el valle.
Y parece que supiera tu sonrisa y tu gracia
que llegas y tocas el alma
de un abuelo ya en su ocaso,
contagiándole frescura y esa simple simpatía
que desbordas.
Otra vez mi gratitud a esa singular sobrina nieta…
De mi libro “De mis últimas letras”. 2020 ISBN 978-729-540-5