Allen Andree

ESPALDAS

Una costumbre empuja a un abismo cada vez más visible

Una costumbre o apostar al azar 

Una moneda con la suerte echada

 

Existirán puntos en los que uno llegará tarde o temprano

Y respiraremos de la indiferencia de las nubes y estrellas

Convenciéndonos de que existe un lugar para cada uno

 

Somos ante todo una consecuencia culposa

Una mala intención en todas las puntas de nuestros dedos

Y creemos que todo puede cambiar si cambiamos nuestra metafísica

Bendecir con la mirada por ejemplo

 

Entonces no hay espejos

Entonces nuestra sombra piensa y se detiene

Caminamos en círculos que nunca se cierran

Luego no merecemos más que admitir el dolor de nuestros sueños

 

Pero a dónde ir si no hay lugar

Observar nuestras manos

Labrar nuestros hombros sin poder hacerlo

Qué mensaje nos oculta hasta el oráculo

 

Pasar la página

Convencernos otra vez

Forzar destinos inalienables

Qué hacer hoy, ahora

 

Jamás serán suficientes las derrotas

Y el suelo se hace más real cada vez

Y no existen paracaídas

No es más la filosofía un sostén que desenvuelva la vida

Tenemos el veneno entre los labios

 

Y no hay a dónde ir

Solo un reguero de hojas secas

Solo un silbido cardinal

Dónde se encontrará el hogar

Dónde la seguridad de haber llegado

A pesar de que el camino siempre continúa