Mi corazón era de oro,
ahora se ha convertido en latón.
Mi alma era de bombón,
ahora sabe a puro cartón.
Mis besos eran endulzados,
Ahora saben a pies sudados.
Mi mirada era viva y fuerte,
Ahora ni la luz se siente.
Mi sonrisa era fulminante,
ahora me faltan los dientes.
Mi pasión era ardiente,
ahora ni las cosquillas se sienten.
Mi caminar era recto y erguido,
ahora tengo el torso torcido.
Mi semblante era colorido,
ahora vivo con el ceño fruncido.
Antes de ti no lo sabía
y ahora es todos los días
que le ruego a Dios
que no me deje tu compañía.
Pues eres el tiempo
que poco poco se quema
como un candelabro
en una noche serena.
David Robles
@2021