Lamar Varela

Decir III

Quisiera volver a la conquista solitaria,

quisiera volver hacia delante para decirte

otra vez que voy de ti detrás.

Pero las horas pasan corriendo

y voy volando tras la prisa 

tu no tienes mi voz ni yo tu nombre 

y estamos hartos, recibo la llamada al Aqueronte.

Y si lo cruzo o no pareciera no importase, 

pareciera que muriera o que viva, siempre hay

algo que miente y todo y lo consigue, sin 

importar lo que busque y suceda.

El mal es bien ganador, está en la cúpula lo profano,

y el amor es mal visto y se apedrea 

y se hiere de muerte lo sano.

No existe legumbre que encienda en ascuas, 

soy el leproso, el loco, quien genera desprecio

por imaginar bondad y milagro.

Los peces no se reparten como alguien dijo,

escasean, y se venden a buen precio.

Alguien siempre esta robando,

pero si comparte la vigésima parte suelen incorporarlo.

La odisea de la vida es la venganza sin duda, 

y si alguien yace escondido, púes, que espere.

Los monos gustan de multiplicarse, 

no hallan cabeza para cavar su propia tumba.

Es inaceptable ser considerado, pues viene la noche con su frío

y sálvese quien pueda. 

Es inaceptable cooperar a la pena, puesto que quien llora

debe ser el malo.

Que hablen idiomas también los animales, vertebrados o no,

que suden el intelectualismo antes que despierten, no sea que será

la vida un sueño, no sea que escupamos nuestras manos 

y las estrechemos.