EHUR OHR

Ni distancia ni tiempo...

Eso de la lujuria por usted no fue premeditado,

fue espontaneo,

nació repentinamente…

sin haberlo imaginado,

apareció súbitamente…

así como surgen los delirios,

cómo se alucinan los encuentros prohibidos…

inconsecuentes y atrevidos.

 

Mi incontrolable entusiasmo me delato de repente,

pues de parecerse sumiso y dócil…

a juzgarlo yo...solo como un impulso…

inofensivo y manso...

puro deseo,

un incontenible momento de arrebato …

que, aunque desatado y excitado…

procuraba conservarse sensato.

 

No culpo al corazón haber perdido la cordura,

¿Quién podría resistirse a esta locura?

¿Quién en su sano juicio…evitaría tanta dulzura?

 

Es de suponer que no hay culpables …

cuando el sentir es correspondido,

cuando la casualidad más parece argucia del destino,

cuando la coincidencia se manifiesta como decreto divino.

 

Debo creer que todo ha sido exacto…

ajustadamente puntual,

usted en el mismo lugar del planeta…

a la misma hora, del mismo día,

con exactitud perfecta,

y con las mismas ínfulas que las mías.

 

No puede ser fortuito…

imposible pensar que fue casual,

nada es accidental,

debe haber un misterioso argumento,

un propósito maravilloso,

seguramente una explicación coherente,

alguna justificación milagrosa…

para que haya tenido tanto acierto.

 

Me fue increíble ese momento,

unir mi pasión con la suya…

y hacer de ese idilio… magia…

y de ese encuentro… un cuento de amor perpetuo.

 

Las huellas que usted dejo en mi piel…no las borrará ni la distancia…ni el tiempo.