Y que importa quedarse solo
si al final …en el vacío del todo…
solitario atravesaré los portones de lo imperecedero,
allá, donde ya no caben los lamentos…
donde nadie te importuna ni te juzga…
donde flotas en el abismo de la nada...
con las resignaciones expuestas...
y los arrepentimientos disueltos.
Qué más da…quedarse como desierto,
árido de pensamientos,
con un holocausto de angustias…
que a nadie le incumbe ni le interesa.
Letal aventura la de sentirse devastado,
agobiado por las ocurrencias de la desesperanza…
que acometieron con perversidad por todos lados.
Se agotaron los minutos…
los momentos se van derritiendo prontamente…
tras la estampida de recuerdos desteñidos …
que poco a poco se endurecen…como inertes sentimientos.
Se acaban el tiempo,
cae un manto de penumbra sobre el entorno de mi destino.
Veo brujas volando a mi rededor…
como festejando haber acertado con su vaticinio.
El cielo se oscurece …
y arremeten bandadas de cuervos perturbados…
con su tenebroso presagio,
parece que no hay regreso…
y que llegamos a nuestro apocalipsis…
antes de lo previsto.
Miro atrás…
que irónico se presenta todo esto,
me siento cautivo de la impotencia…
preso de la incertidumbre.
Haber batallado tantos agostos…
con sus amaneceres prendidos de delirios,
con tardes cultivando aciertos,
y noches infinitas, miles de noches escribiendo versos…
¿y para qué?...
para que ahora todo se extinga…
y pronto, solo seas un triste recuerdo,
o para que te castiguen con su abandono…
y pronto te conviertas en olvido permanente.
Y que importa quedarse solo entonces,
si al final …en el vacío del todo…
solitario…
así emprenderé
mi siguiente aventura incognoscible.