Me encuentro suspendido
del techo
agarrado por sutiles cables y alambres
que sostienen
cada uno de los miles de trozos en los que estoy fragmentado.
Tira del cable
y verás si canto,
agarra el alambre
y mánchate las manos
con mi sangre:
roja y proletaria.
Desde lo alto
observo con claridad
el suelo por el que se arrastran.
Al completarme
de nuevo
podré caer con toda la energía
y abrir los ojos.
(El Chivo)