Sobeyda Peñalba

Confites en el infierno

Confites en el infierno

 

Tengo una casa con dos empleadas domésticas,

tengo un carro del año;

también tengo una cárcel disfrazada de hogar,

una jaula de oro, donde se llora y se vive en vigilia.

 

Tengo confites en el infierno,

vivo un matrimonio de apariencias,

cumplo una misión con la sociedad:

soy buena hija, esposa, madre, profesional.

Pero no soy feliz cada vez que desgarras mi piel,

mi alma se estremece cada noche.

Me tomas sin permiso y no consigo un orgasmo.

Siento asco y repudio, luego me siento sucia.

¡No me toques! Por favor.

No abuses de mí:

negligencia, abuso sexual, abuso sicológico y físico,

son las situaciones adversas que he experimento diariamente contigo.