Se escucha peregrinar los alaridos del viento,
corre con destreza por el campo…
libre y saleroso parece que silva de contento
juega en los arrabales…desafiando los abismos…
sorteando los barrancos,
se pasea por las urbes y ciudades,
deambula por las calles y corredores…
se lo siente perseguir el cauce de los ríos…
y le gusta agitar los follajes.
Y ahí va …transparente y constante…
intangible
recorriendo los rincones más inhóspitos…
de un mundo de alucinaciones,
de un infinito de fantasías soñadas.
El viento…que lleva y trae las estaciones,
que va y viene cargado de emociones,
y guarda en su memoria viejas nostalgias…
refresca los calurosos veranos de la costa,
y congela con sus ventiscas los blancos inviernos,
danza con la hojarasca otoñal de septiembre…
y en primavera se convierte en brisa…
que acaricia gardenias y nardos perfumados…
llevando su aroma a todos lados.
Sopla el viento en los atardeceres…
y se balancean golondrinas traviesas en el aire,
se place el ocaso ante la algarabía de libélulas y mariposas…
que disfrutan de las postrimerías del día.
Se hace la noche…
y en las sombras arrulla el céfiro frío,
parece que roza la luna y abanica a las estrellas,
y aparece súbitamente de entre las tinieblas…
un velado perfil de bellas formas…
que mueve suavemente sus negros cabellos,
y ahí esta ella…
emergiendo de la incertidumbre…como de costumbre.
Ella y el viento…invisibles…impalpables…
utópicos como mis pensamientos.
imaginarios e ilusorios como mis sentimientos.
Ella y el viento…