Efrain Cauro

OFICIO

ABRE LA SOLEDAD SUS FURIAS TÓNICAS

sobre el papel ceñido, congelado;

y su ardid hacia dentro se ha pasmado

por el texto pueril de muertes fónicas.

 

En la mesa, por luces abatidas,

emigra en asfaltado el verso lírico

y retorna, con su presente onírico,

su garbo existencial de frases idas.

 

Se amplía por la faz, silentemente,

un trémulo sollozo que fiel baja,

la gota de mi fuero azul, divino.

 

Y es esa soledad que está de frente,

con sereno dolor, su angustia cuaja,

al blando corazón con que declino.