Sesenta y seis años han pasado
Desde aquella fatídica mañana
Donde el aeroplano que piloteabas
Se fue a pique en tierras Meridanas
Sesenta y seis años de ese luto
Cuyas proporciones pocas veces
Se ha visto profesar en las naciones
Por un ser de tales cualidades
Como cantante y actor insuperable
en sencillez y carisma irremplazable
Tus personajes y tu singular voz marcaron
La época de oro del cine mexicano
Ídolo nacido en un poblado de Sinaloa
A quien el país rinde justo homenaje
Pues no solo héroes valerosos
Ondean en el rojo de la bandera
También la gloria otorga sus laureles
a quienes logran con talento innato
emular los sentimientos de su pueblo
Sigue rodando la lágrima viva
En “Un rincón cerca del cielo”
El ritmo cuando “Parece que va llover”
tu picardía en “A toda máquina”
La risa sin mácula en “Los tres huastecos”
La ternura de “El oso carpintero”
cuando interpretaste a Pepe “El Toro”
y “Mi cariñito” que le cantabas a la abuela
Una estatua se yergue donde caíste
Sosteniendo en tus manos el oso de plata
Que por “Tizoc” póstumamente te otorgaron
Quedaste consagrado como mejor actor
En el festival de Berlín ese mismo año
Tus películas todavía se miran en las pantallas
Tu voz se escucha en todo el territorio
Pedro Infante siempre será recordado