LA ALDEA
A tu medida no fui hecha
Caprichosa aldea
Que no perdona
La independencia proclamada en mí.
Tus mujeres me señalan
Tus varones me desprecian
Me repudian tus señores
No soy bienvenida más
Tus ríos y senderos
Ya no me regalan
Tintineantes arrullos
Ni perfumadas brisas.
Ya no pertenezco a tu tribu
Soy una desterrada
Sin raíces ni legados
Fantasma que se lamenta
Una alma desamparada
Martha Patricia- En los años ciegos.