El tiempo pasa
y corre el segundero
de nuestra vida.
Y esto sucede
el día en que nacemos
sin darnos cuenta.
Así es la vida
un tiempo y un regalo
que tiene fin.
Pero alegremos
la cara y la sonrisa.
¡Fuera tristezas!
No nos paremos
a ver lo negativo
de este regalo.
Toma la vida,
los ratos y momentos
de gran amor.
Porque los otros,
ya llegan sin pedirlos
y los sufrimos.
De cada día
saquemos las sonrisas
que deja el sol
También la brisa,
el canto del jilguero
y hasta el trabajo.
Todo, en la vida,
podemos recibirlo
con optimismo.
Y la ternura
se muestra en todas partes.
¿verdad que sí...?
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/23