Fue la misión más dura,
jamás contada por su hermosura
en un videojuego poco común
donde podía encontrarse amor y emoción.
El control llamado corazón
y la consola del alma,
es un juego de total ilusión y decepción,
niveles inalcanzables de rescatar sueños,
son la misma perdición.
En campaña con tú compañero más leal,
las frustraciones de no lograr avanzar,
generaba pelea tras pelea más desesperación,
lo que no debilitaba al oponente oscuro,
al contrario lo hacía más fuerte,
de los escudos de fuerza no quedaba nada de los dos,
pues jamás fueron un equipo,
únicamente el suspiro de dos conocidos que antes de morir y volver a iniciar,
quisieron existir sin renunciar.
Pero en esta partida nadie veía sinceramente lo que ganaría,
solo tristes instantes de poder y aguante,
no se podía encontrar el camino,
solamente un estruendoso ruido que no dejaba escuchar lo evolucionado y aprendido.
La competencia ha terminado,
no se sabe quien realmente fue el ganador,
solo se sabe que el videojuego 🕹️ terminó
entre lágrimas de soledad y finalmente un adiós, siempre fuiste ¡él mejor!
Solo queda la historia,
de una princesa jamás rescatada,
de un arma de plasma descargada,
las granadas poco estalladas,
y la misión finalizada.