Quisiera regalarte mi ternura,
saber que tú me llevas en tu mente.
Yo tengo para darte mi dulzura,
mi boca enamorada eternamente.
Este sueño perdido y sin cordura,
es sentir tu mirada indiferente.
Me condena esta triste desventura
viviendo en la penumbra más doliente.
Perdida y desolada en la tristeza
me siento vulnerable y me desvelo,
y muero en la penumbra sin certeza.
Sin cielos que me brinden su belleza,
mis lágrimas resbalan sin consuelo
al suelo donde rueda mi cabeza.